El Laboratorio Estadístico del INV elaboró un informe sobre el desarrollo de Cabernet Sauvignon en Argentina, que representó en 2019 un 6,6% del total de vid del país, con un total de 14.279 ha cultivadas.
De acuerdo con el reporte, la provincia de Mendoza tiene la mayor cantidad de Cabernet del país, alcanzando en 2019 las 10.889 ha (76,3%), seguida por San Juan con 1.427 ha (10%) y el resto de las provincias con 1.963 ha (13,7%).
En Mendoza, la mayor superficie de Cabernet se encuentra en los departamentos de Lujan de Cuyo (19,8%) y Maipú (12,4%), seguidos por Tunuyán, San Rafael y Tupungato. Los tres departamentos del Valle de Uco (Tupungato, Tunuyán y San Carlos) concentran el 27,4% del Cabernet de la provincia. En San Juan los departamentos que más superficie registran de esta variedad son Sarmiento (37,6%) y Veinticinco de Mayo (21,5%), seguidos por Caucete, San Martín y Nueve de Julio.
En 2019 la producción total en el país de la variedad Cabernet Sauvignon fue de 1.168.614 quintales según estimaciones de INV, con una tendencia decreciente en los últimos diez años, y con un repunte desde el 2018, y un aumento del 5,4% en 2019 vs. el año anterior.
Las ventas al mercado interno de vinos con Cabernet han ido cayendo en los últimos años, mostrando en el año 2019 una disminución del 25,8% respecto al año 2010.
El Cabernet y sus cortes como vinos varietales tienen una participación del 15,7% en el total de varietales comercializados en el país en el año 2019. Durante el año pasado las exportaciones de vinos varietales elaborados con esta variedad alcanzaron un total de 198.013 hl, por un valor FOB de USD 77,6 millones. Las exportaciones de este varietal han decrecido en volumen un 23,8% y en valor un 12,5% con respecto al año 2010. El 88% del total exportado de varietales de Cabernet corresponde a varietal puro y 12% a cortes con otras variedades.
Originaria de Burdeos (Bordeaux), Francia, es la base de los grandes vinos de esta región, cultivándose además en ese país en el Valle del Loira (Loire), en el sudoeste, la Provenza y en la zona meridional del Languedoc – Rousillon.
Se adapta muy bien en California, Argentina, Chile, España, Portugal, Italia, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia. Estudios genéticos muestran que esta variedad proviene del cruzamiento natural entre Cabernet Franc y Sauvignon Blanc.
Se desarrolla mejor en climas templados y secos. Los racimos de esta cepa son pequeños, al igual que sus granos. Posee bayas esféricas, muy jugosas, con la piel gruesa de intenso color negro y rica en taninos. Se caracteriza por el aroma a frutos rojos y pimiento, más o menos intenso según las zonas y sistema de cultivo utilizado.
Da origen a vinos con mucho cuerpo y muy frutados, intensos, tánicos y muy adecuados para la guarda, exaltándose durante la crianza su intenso aroma, sabor y complejidad.
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