Fundada a principios de 2017, Bodega Dal Borgo se posiciona como una propuesta joven e innovadora en la industria del vino, con el cuidado ambiental y el foco en el consumidor como eje.
Pese a su reciente incursión en una industria ya establecida y tradicional como lo es la vitivinícola, Carla Dal Borgo, encargada de las relaciones institucionales, explica que dicha juventud de la bodega es tanto un desafío como una oportunidad.
‘Tuvimos que apostar por la innovación desde el primer momento para diferenciarnos de las bodegas tradicionales. Para ingresar hoy al mercado hay que distinguirse, animarse a otras cosas, pero por suerte la amplitud de gustos también se traduce en la necesidad de ampliar las propuestas’, enfatiza.
De acuerdo con Dal Borgo, contar con gente joven en las diferentes áreas, con otra mentalidad y más descontracturada, les dio otra flexibilidad. ‘Si bien vemos una apertura en los últimos años en la industria, aún falta por hacer en este aspecto’.
La producción es otro de sus diferenciales: ‘Trabajamos en armonía con la naturaleza. Queremos que quienes consuman nuestros vinos puedan disfrutar de la naturaleza en una copa. Vemos un consumidor más responsable que no solo se fija en tomar vino, sino en qué hay detrás de la producción y el cuidado en la misma’, cuenta sobre la bodega que se encuentra inmersa en un paisaje montañoso, con viñedos a 1.700 metros de altura, en la localidad salteña de Animaná, en el piedemonte de las Sierras de Quilmes.
Para Carla Dal Borgo, el interés en las formas de producción no es el único cambio que se ve en los consumidores, especialmente los más jóvenes. ‘Hoy en día si un consumidor elije una bodega, va más allá de tomar el vino. Quieren aprender e involucrarse más en un contexto más relajado y menos snob. Se animan a preguntar, probar y decir si un vino no les gusta. Poco a poco comienzan a comprender que si un vino no les gusta no significa que sea malo, solo que quizás no es el vino para ellos’.
Actualmente, la bodega produce cerca de 8.000 botellas de 4 variedades su marca Almandino (Malbec, Sauvignon Blanc, Torrontés y el recientemente lanzado Malbec Rosé) y en poco tiempo logró abrir rutas de distribución hacia Rosario, Buenos Aires y Córdoba, apostando por seguir creciendo, siempre ‘eligiendo bien a la gente con la que trabaja, también como forma de cuidar el producto y al consumidor final’, según indica la ejecutiva.
Con respecto al contexto actual generado por la pandemia, Dal Borgo señal que afortunadamente lograron terminar la mayor parte de la cosecha de la Vendimia 2020 previo a la cuarentena, y lo poco que quedaba luego, lo completaron entre ellos, cuidando a sus empleados.
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