La compra de Bodegas Dante Robino por parte de AmBev, el mayor fabricante de cerveza del mundo, plantea una paradoja: Quilmes, su nave insignia en Argentina, competirá con Peñaflor, el grupo líder a nivel nacional controlado por sus fundadores, la familia Bemberg.
Analistas consultados por Prensario del Vino estimaron que esta expansión de la cervecera que opera en el país con las marcas Quilmes, Stella Artois, Brahma y Budweiser, planteará competencia a las marcas de Peñaflor, que comercializa marcas como Navarro Correas, Santa Ana, Trapiche, Fond de Cave y Finca Las Moras cubriendo 25% del mercado local y es considerada la sexta productora a nivel mundial.
En 2006 los Bemberg vendieron Quilmes, que habían fundado en 1890, a la brasileña Brahma, en una operación estimada en 1.200 millones de dólares. En 2010 compraron Peñaflor por un valor cercano a los 300 millones de dólares. Su dueño anterior, el fondo de inversión DLJ Merchant Banking, había comprado la empresa a la familia Pulenta en 2002.
Bodega Dante Robino, primer punto de apoyo de AmBev en el mercado del vino argentino, perteneció a la familia Squassini; cumple este año un siglo de existencia y está establecida en Perdriel, Lujan de Cuyo, Mendoza, con marcas como Dante, Capriccio, Novecento y la exportación de BDR a países como Chile, Brasil, Alemania, Bélgica y China. Su actividad principal se complementa con recepción de turismo, visitas con degustación y reuniones culturales. Analistas estiman que tiene actualmente un 1% del mercado argentino.
Quilmes ya opera en el mercado del vino en lata con la marca Blasfemia, con propuestas malbec-syrah, torrontés-chenin y un rosado gasificado. Los analistas consultados por Prensario del Vino entienden que AmBev potenciará Bodega Dante Robino y ello representará mayor competencia frente a Peñaflor y las otras empresas grandes. Hubo una referencia acerca de la necesidad de ampliar el mercado local a efectos de ‘acomodar’ la nueva potencia de AmBev y evitar que las bodegas pequeñas y medianas vean reducida su porción de mercado ante las más grandes. ‘Su posición podría empeorar’, dijo uno de los consultados, ‘si el poder de compra del mercado no aumenta’.
El otro aspecto mencionado es la competencia que viene sufriendo el vino como producto por parte de la cerveza, en parte atribuido al creciente énfasis de la industria vitivinícola en el producto de alta gama en detrimento del tramo ‘medio’, que está siendo captado por las cervezas artesanales. La necesidad de captar a los “millennials” está cobrando cada vez mayor importancia, a la par de la de incentivar el consumo individual –por copa— además del colectivo, representado por una botella entre dos o más personas. Se citan cifras de consumo actual de 20 a 21 litros por persona, contrastando con los 40 a 45 litros mencionados para otras épocas; Parte de la diferencia podría estar en el aumento del consumo de cervezas, aperitivos y bebidas alcohólicas en ‘tragos largo